Sevilla tiene 4,5 veces más rastreadores de Covid de lo que recomienda la OMS

Más de 1.700 sanitarios se encargan de controlar los brotes aparecidos desde julio; en la capital hay 44 casos activos con cien contactos confinados

El coronavirus ha vuelto a hacer acto de presencia desde mediados de julio en la provincia de Sevilla tras el fin del estado de alarma y lo ha hecho en forma de brotes, pequeños focos que afectan a un grupo de personas relacionadas entre sí o que les une algún tipo de relación, de ahí que desde el Ministerio de Sanidad no quieran hablar de segunda ola de Covid-19. 

Desde que se conoció el primero el 17 de julio en un bloque de Los Remedios, la Consejería de Salud y Familias de la Junta lleva registrados un total de 21 brotes en los cinco distritos sanitarios que conforman la provincia: ocho en la capital con 80 personas afectadas, cuatro en el Aljarafe (22 contagiados), tres en el Norte (28), otros tres brotes en el Sur (63 positivos) y, finalmente, otros tres focos en el distrito Este, con 21 personas infectadas. 

De que no se haya expandido el Covid-19 de manera masiva entre la población sevillana se debe, en gran medida, a la labor de un grupo de profesionales de la sanidad, entre enfermeros y médicos, que se encargan de controlar el virus. Son los denominados rastreadores, verdaderos «detectives» que contactan con todas las personas que se han relacionado con uno de estos nuevos positivos. 

En la provincia de Sevilla (con poco más de 1,9 millones de habitantes) son 1.770 sanitarios los que se dedican a esta labor, un rastreador por cada 1.100 habitantes. O lo que es lo mismo, Sevilla tiene 4,5 veces más rastreadores por cada mil habitantes de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que el número aconsejado de rastreador es de uno por cada cinco mil. 

En la actualidad, hay activos 44 casos en Sevilla capital con cien contactos en total y «los hay desde diez personas aisladas en un caso hasta 4 o 5 en otros», puntualiza este enfermero sevillano, es decir, 2,27 contactos por cada positivo, cuando la media nacional es de tres.

Juan Carlos Palomo
Juan Carlos Palomo – ABC

Uno de estos profesionales se llama Juan Carlos Palomo (57 años), coordinador de cuidados de Enfermería en el centro de salud Alamillo-San Jerónimo, en Sevilla. Para Palomo, que lleva trabajando en la Sanidad desde que cumplió 21 años, estos brotes «se están produciendo en elámbito familiar, de una persona que ha estado de viaje en otra comunidad y que a su regreso ha contagiado a sus familiares». 

Cuando se le pide que haga un resumen del perfil de los nuevos contagiados, Palomo lo tiene claro: «Especialmente son los jóvenes los que más positivos están dando ahora, jóvenes de una franja de entre 25 y 34 años, si bien estos últimos días han empezado a aflorar algunos casos de personas mayores de 65 años». Hay que recordar que en la primera ola, el coronavirus «atacó» principalmente a las personas mayores, de ahí que se haya decidido «blindar» otra vez las residencias de mayores no permitiendo la visita de familiares.

La detección y rastreo de estos nuevos casos se activa cuando el médico de familia recibe el test positivo de un paciente. A partir de ahí éste contacta con su paciente para confinarlo en su casa e iniciar así la cuarentena, si bien no estará solo porque se tendrán que aislar todos los contactos familiares, sociales y laborales sospechosos con los que se ha relacionado catorce días antes de saber que es positivo por PCR. «Hemos perdido el miedo al Covid porque ya no vemos muertos en los telediarios»

Ese listado de contactos es el que llega a los rastreadores. «Cuando los llamamos ya saben por qué lo hacemos. El positivo se ha puesto en contacto previamente con todos sus contactos normalmente para decir que ha dado positivo y estos por su propia cuenta ya se han puesto en aislamiento», explica Palomo. Para controlar su evolución y su sintomatología, «se les llama hasta en tres ocasiones» y si ve que empeora se le deriva ya al hospital.

Una vez que ha contactado con todos sus contactos, el rastreador les da cita a cada uno de ellos lo antes posible para que se sometan a las pruebas PCR y se mantengan confinados en casa para no expandir más el virus. «Si al décimo día llegan sin síntomas se les levanta el aislamiento», comenta JuanCarlos Palomo. 

Este sanitario quiere que se haga hincapié en el cumplimiento de las medidas de seguridad, mascarillas, distancia de seguridad y lavado de manos, especialmente «entre los más jóvenes» que se relajan estos días, quizás «porque hemos perdido el miedo al no ver los muertos en los telediarios, como ocurría en los primeros meses o bien porque ellos mismos —los jóvenes— no se ven como personas de riesgo al ser asintomáticos.

Virus respiratorio

En cuanto a los espacios donde más peligro existe a la hora de ser contagiados, al margen del núcleo familiar, Palomo subraya que «se ha comprobado que los espacios cerrados es donde hay una mayor transmisión, no así los sitios abiertos como pueda ser la playa porque este virus es respiratorio, manteniendo la distancia es difícil que se contagie otra persona».

Por otra parte, advierte este sanitario que el problema «lo vamos a tener cuando llegue el otoño, porque se trata de una sintomatología similar a un resfriado común, a la gripe, a la faringitis, laringitis… Todo va a parecer Covid y la gente va a acudir a los centros de salud diciendo que quieren hacerse las pruebas. Nos vemos haciendo PCR a todos los que lleguen a sus médicos de familia».

Fuente: ABC

Redacción

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