Casado y Ayuso abren el camino para derrotar al sanchismo

El líder del PP reivindica la estrategia de Madrid y la hace suya: «Es el proyecto del congreso, el de la libertad»

En las siete plantas del edificio de Génova, 13, a punto de jubilarse como sede del PP nacional y madrileño, se vivió ayer lo más parecido al éxtasis político. Después de más de dos años en los que las derrotas en las urnas, alguna estrepitosa, se fueron acumulando en el currículum del nuevo PP, llegó  la primera gran victoria madrileña, que lo fue también nacional. Porque en el PP nadie duda de que estas elecciones eran mucho más que unas autonómicas: eran un examen final a Sánchez, al ‘sanchismo’ como modelo político frente al defendido por los populares. Y como tal, para el PP ha habido dos vencedores: Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, que anoche salieron juntos al icónico balcón de Génova, lugar que Aznar y Rajoy consagraron con sus victorias electorales y sus mayorías absolutas. Antes de cerrar esta sede, que tiene algo de ‘maldita’ por la etapa negra de corrupción, Casado quería levantar los brazos en señal de éxito desde el balcón, convencido de que es el preludio de lo que pasará después cuando se celebren las generales. 

Los veteranos de este Partido Popular estaban emocionados anoche, no lo podían ocultar. La última vez que vivieron algo parecido, según cuentan ellos mismos, fue en 2011, cuando Mariano Rajoy logró esa mayoría absoluta después de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. «Ahora empieza también un cambio de ciclo», aseguran sin dudar. 

En estas elecciones el PP colocó su discurso desde el primer minuto: socialismo o libertad, convertido en comunismo o libertad cuando Iglesias anunció que se presentaba como candidato. Esa disyuntiva política e histórica trascendió por completo los límites de la Comunidad de Madrid, y a partir de ahí la campaña fue nacional, con un adelanto del duelo final, cuerpo a cuerpo, que deberán disputar, antes o después, Sánchez y Casado. 

En plena celebración por el resultado electoral, Casado proclamó: «Hoy la libertad ha ganado en Madrid, pero mañana lo hará en toda España». El líder del PP, ante una calle Génova colapsada por un público enfervorecido, sentenció que este 4 de mayo Madrid ha hecho una moción de censura al sanchismo. «Madrid es el kilómetro cero del cambio en España». Casado ve un punto de inflexión clarísimo en la política nacional desde este momento. Y lanzó el mensaje que será el mantra del PP a partir de ahora: «Uniendo el centro-derecha y el constitucionalismo se puede ganar a Sánchez». ‘Podemos’ también es ya un grito de guerra en el PP. 

Ayuso, la gran protagonista de la noche de los populares, envió un guiño a los ‘tabernarios’, en alusión a los ataques que el presidente del CIS, José Félix Tezanos, lanzó a sus seguidores en vísperas de las elecciones. «¡Espero que los tabernarios hayáis pasado un buen día! ¡Yo también!». «Madrid es libertad y por eso no entienden nuestro modo de vida. Y por eso el sanchismo no entra en Madrid», exclamó. 

«España empieza en Madrid», avisó Ayuso, quien defendió la forma de vida a la madrileña, «claro que sí», basada en la libertad. No dejó pasar la oportunidad para reiterar desde el balcón su promesa de bajar los impuestos y mejorar la sanidad pública.

La estrategia del PP

Ya dentro de la sede, se preguntó al líder del PP si el modelo de Ayuso era el que necesita exportar él al resto de España. Casado subrayó que ese es el proyecto del PP, el que defendió él en el congreso nacional del partido en 2018, y que está basado en una estrategia que resumió con una palabra: «Libertad».

En el balcón y en la sede del partido estuvo el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, muy aclamado también en la calle y orgulloso de los resultados del partido en todos los distritos de la capital. 

Una de las alegrías del PP anoche fue confirmar que lograba más diputados que toda la izquierda junta. Algo que los populares consideran fundamental para no depender de Vox y poder gobernar en solitario, con su programa electoral. En la investidura, bastará la abstención del partido de Abascal y Rocío Monasterio, sin necesidad de que el PP negocie su voto a favor. Los populares ni siquiera ven a Vox como posible aliado. 

Apoyo en la calle

El PP no ha tenido una sola duda de su victoria en las urnas en ningún momento. Su seguridad en esta campaña ha sido pasmosa, seguramente porque en la calle han vivido una experiencia que parecía olvidada en el PP. El apoyo a Ayuso se ha visto y sentido a todas horas, en cuanto ponía el pie en la calle. El olfato en este caso era muy claro. Y tan pocas dudas tenían ayer de su victoria, que a las ocho de la tarde, en cuanto cerraron los colegios, ya tenían lista su primera valoración y agradecimientos a los «tabernarios». 

El Partido Popular ha hecho una lectura nacional de estas elecciones madrileñas desde que se convocaron, 54 días atrás. Los populares señalan a dos vencedores: Ayuso y Casado, y un perdedor principal: Pedro Sánchez, junto a Pablo Iglesias. El presidente del PP planteó la campaña como una batalla contra el sanchismo, y el mensaje ahora tiene alcance nacional, o eso pretende el principal partido de la oposición en España: «Al sanchismo se le puede derrotar». Fuentes populares señalan que lo que se ha vivido en Madrid tendrá un efecto arrastre en el resto de España, aunque el temor a que no consigan trasladar el tirón madrileño a otras regiones está ahí.

Sánchez ha dejado de parecer invencible ante una derecha divididay enfrentada en guerras cainitas. Para el PP esa es la clave que quiere trasladar al resto de los españoles. Juega a su favor la práctica desaparición de Ciudadanos en Madrid, algo que consideran que marcará la pauta en otras regiones. En estas elecciones, el PP se ha llevado la mayor parte de los votos perdidos del partido de Arrimadas y su candidato madrileño, Edmundo Bal. La absorción de esos electores, algo que ya quedó reflejado en las encuestas, supone para el PP afianzarse en el espacio del centro, algo que lleva persiguiendo desde que Casado fue elegido presidente nacional del partido, en el verano de 2018. Los barones con mayor fuerza, como Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno, le reclamaron que se situara en ese espacio y se hiciera fuerte en él. 

Otra clave que el PP exportará desde Madrid al resto de España es que la unidad del centro-derecha permite superar a la izquierda. Hasta el último día de campaña, Casado ha reclamado esa unidad, pero su llamamiento ha llegado también a los socialdemócratas desencantados con el PSOE de Sánchez, a los que votaron en su día a Leguina, González o Rubalcaba y ahora no se sienten representados por Sánchez. Ese llamamiento lo exportarán en clave nacional al resto de España.

Fuente: ABC

Redacción

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