Que termine 2020, por Miguel Ángel Ruiz Anillo

Esta es la sensación que tengo desde hace tiempo. Es cierto que a nivel personal no puedo catalogar el año como malo en lo que respecta a mi persona pero, sin dudas, en un contexto general, desde un punto de vista social, sí que ha sido un año nefasto para los españoles.

Por eso, lo único que queda, a la vista de los acontecimientos que están sucediendo, es pedir que lo que nos queda de año pase lo más rápido posible y no se altere más de la cuenta nuestro ritmo de vida.

Respecto a esto soy tremendamente pesimista. Habrá decisiones que vendrán a limitar nuestras vidas de una manera considerable.

Aquí se está en contra de lo manifestado por el refranero español con respecto a la climatología y el tiempo. Esta sabiduría popular señala que años pares los mejores, años nones los peores. En el caso de nuestras vidas, estamos en una posición totalmente cambiada.

Sin embargo, en los ciclos económicos, la tendencia en los últimos años es que en los años que terminan en cifras pares son años con peores resultados en lo que respecto a la macroeconomía. No son años positivos desde un punto de vista de la economía de los países. 

Esto en este año 2020 se está corroborando evidentemente porque la economía mundial se está viendo gravemente resentida por una crisis sanitaria que tiene importantes repercusiones en lo que es lo social y lo económico. 

Creo que a nadie que lea este artículo de opinión le sorprenda el que les diga que vamos a pasar unos años tremendamente complicados en lo que será el bienestar social y en lo que respecta a la economía de los ciudadanos. Estamos inmersos en una crisis de consecuencias imprevisibles y a la que no habrá que poner solución en tanto que todavía no ha frenado la recesión económica en tanto que las medidas sanitarias y de salud pública implican cambios de decisiones y tendencias cada poco tiempo.

El desempleo crece y la propia Unión Europea ha propuesto conceder a España 21.300 millones de su fondo para pagar desempleo, pero con esta cuantía no es suficiente.Estamos en una situación tremendamente complicada.

Está claro que España tiene más dificultades que otros de la Unión Europea porque entró en la crisis con un déficit público muy elevado y una deuda pública muy alta. Alemania, por ejemplo, ha afrontado esta crisis con superávit, lo que le ha permitido activar muchas más medidas, como una rebaja del IVA a algunos sectores y una prórroga de los ERTE hasta la primavera de 2021. Esta es la importancia de tener las cuentas públicas saneadas y no en la situación que nos la han dejado quienes nos han gobernado durante años.

Además, esta pandemia ha afectado a uno de los sectores con un mayor peso en la economía, el turismo. 

Todo esto ha conllevado que España sea la economía que más cayó de toda la Unión Europea durante el segundo trimestre, con un desplome del PIB del 18,5%. Una auténtica barbaridad.

Y lo peor de todo es la incertidumbre que se está generando. Eso hace que muchas empresas necesiten ajustar sus plantillas. En consecuencia, más paro.

Todo ello, finalmente con gran incertidumbre en cuanto a las cuentas públicas de nuestro país. Necesitamos unos Presupuestos Generales del Estado fuertes. A ver qué pasa.

Por tanto, como les decía en el título de este artículo de opinión: que termine ya este maldito 2020.

Redacción

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